Pez en la Sala Ópera
Pez: El
umbral próximo
De
sus comienzos hardcorepunk como una actitud ante la música y la vida, sus
múltiples experimentaciones con Pez, quien se ha ganado un respeto que
trasciende fronteras y del último disco de la banda: Volviendo a las cavernas.
De todo esto hablamos con Ariel Minimal.
¿Cuándo surgió la matriz de la idea musical de Pez?
Pez tiene como
dos fundaciones, su fundación es en diciembre de 1993; pero la formación
inicial vino de la infancia, que eran los músicos que tocaron en mi primera
banda, Descontrol. Pez es algo que viene de hace mucho, pero en el 93 tomamos
el nombre y compusimos un material que después terminó siendo el primer disco: Cabeza.
Fueron cambiando
músicos, pasaron 18 años, sacamos muchos discos y la idea de la banda sigue
estando, y acá estamos tocando.
Hay una esencia hardcore punk, pero que fue
cambiando disco a disco, por momentos tan diferentes, ¿no?
Lo que más
heredamos del hardcore y del punk, es cierta ideología al momento de hacer las
cosas, una forma de encarar lo que hacemos. Musicalmente hacemos cualquier
cosa, desde el punto de vista de una banda de rock clásica, pero tocamos
cualquier género.
¿Cuándo te sentiste acompañado con tu idea sobre
Pez?
Nunca me sentí
sólo, ni ahora me siento acompañado. Los Pez siempre fuimos muy cerrados y nos
costó mucho rodearnos de gente de algún modo, y ahora vos venís al camarín y
somos un montón de gente, no sólo los 4 que tocamos, sino gente que trabaja o
amiga de la banda que comparte el momento con nosotros. Eso al principio no era
así, siempre estuvimos muy solos, éramos muy herméticos; en cierto sentido nos
paso de comunicarnos con la gente en el escenario. Tampoco creemos que ahora
somos súper abiertos y esta todo claro, pero creo que ahora hay una mejoría en
cuanto a la comunicación.
Cada disco de Pez es muy diferente a los otros,
¿cómo ves ese camino a lo largo del tiempo?
No miro mucho
hacia atrás, ahora estamos presentando las canciones del disco nuevo y pensando
en otro disco, veo cierta constancia y me enorgullezco de eso, de que supimos
mantener una situación a lo largo de los años. Después lo otro, los discos, las
canciones, los shows, son lo que podes ir haciendo mejor o peor, un día mal o
un día bien, pero lo que me gusta de Pez es que esté tocando, haciendo
canciones, eso.
Zappa. Cadillacs. El pibe de barrio y el ensayo del domingo.
Si te nombró a Frank Zappa, ¿qué se te viene a la
cabeza?
Me gusta mucho
Zappa y mucha música diferente, pero Zappa en su momento fue como una apertura,
mostrar que desde el rock and roll podes ir a cualquier lado.
De todo ese andar ese andar en el camino de la
música, giras, recitales, ¿Qué momentos o personas recordás cuando pensás en el
recorrido?
Recuerdo con
mucho cariño a un amigo que ya no esta, el Toto de los Cadillacs, mi compañero
de habitación en las giras, un gran amigo. Si miro para atrás y recuerdo algo,
me acuerdo de él, y me hace muy bien porque lo quería mucho.
¿Cómo eran esas noches previas?
Nosotros
viajamos mucho, compartíamos mucho tiempo en la gira, en la habitación del
hotel, hablábamos mucho, nos conocíamos mucho. Siempre tengo mucho cariño con
todos los músicos, por ahí con gente que no conozco. Veo un pibe caminando con
el estuche del bajo el domingo a las 2 de la tarde, un horario donde muchos
ensayan. El domingo después de almorzar, capaz que hace calor, la gente esta
durmiendo la siesta, mirando el partido, y en la calle hay poca gente y ves al
pibe que va a ensayar con el estuche. No lo conozco, pero me despierta un
cariño inmenso porque me veo a mí, a mis amigos y recuerdo lo que somos.
Si te cruzaras con ese pibe del domingo, como si
hablaras con vos mismo pero en otra época, ¿De que hablarían?
Creo de que vale
la pena, trato de vivir la vida del modo de hacer lo que quiero, porque
considero que la vida es esa, y voy a tratar de hacerla haciendo lo que quiero,
y no lo que los demás quieren o lo que tendría que hacer o lo que sea. Bueno,
estoy acá y ¿qué es lo que tengo ganas de hacer? Bueno, trato de hacerlo.
Volviendo a las cavernas
¿En cuanto a las composiciones del último disco, por
dónde va la cosa?
Es muy pesado,
es un disco metálico.
Si cada disco es un momento, ¿Cómo describirías a
este último trabajo?
El disco se
llama Volviendo a las cavernas, y
todas las canciones hablan de cierto momento histórico que vive la humanidad,
en el cual hay un montón de incertidumbres; como estar en las puertas de algo
pero no sabemos bien que es. Hay muchos cambios, no se sabe si es para mal o
para bien, esta medio revuelto todo y el disco habla un poco de todo eso.
La Plata. El Teatro. Duelo sudamericano en la Play.
¿Qué te genera venir a La Plata?
A mi me gusta
mucho, vengo seguido a la ciudad porque siempre la gente de La Plata nos
acompaño; los diferentes estudiantes que pasan por acá. Al ser una ciudad de
estudiantes es muy inquieta en lo cultural, es alucinante venir a tocar acá.
¿Y El Teatro Bar?
Muy buenos
teatros, las dos sedes. Salas bien montadas en donde uno puede dar un buen
show, buen sonido, buenas luces, esta bueno. Además nos traen la tele para
poder jugar a la play. (Risas). Llego la play y cambiamos todos.
Y se armó el clásico Argentina – Brasil con Pez y Macaco Bong, así
transcurrió la previa, así empieza la noche.
¿Cómo se dio la relación con Macaco Bong?
Nos invitaron a
tocar a un festival en su ciudad Cuiabá, Mato Grosso; después los invitamos
acá; y se armó una partería, así le
dicen ellos, una sociedad, y los invitamos de vuelta; hoy tocamos acá y tenemos
7 fechas por Buenos Aires y Rosario. Después en octubre vamos a Brasil a hacer
7 fechas allá.
Siempre con la play encima…
Espero que haya
en Brasil…
Y la última ¿cómo juegan los brasileros a la play?
No se… vi un
solo partido el manager, nuestro Mario, le gano 5 a 0 a Ney, el bajista de
ellos. Pero quizás ahora esta jugando otro que la descose, así que no se puede
saber…
Gracias a Natacha Guevara por sus fotografías.
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