Bochatón en la Sala Concert
Despertar lúdico
En el umbral de la presentación de su
último disco solista “La vuelta entera”, charlamos con Francisco Bochatón. De
eso y mucho más, hablamos con el líder de Peligrosos Gorriones, banda que
regresa a los escenarios después de un largo tiempo.
La relación entre las palabras y
la melodía es una corriente intima en Bochatón, fluye con sobresaltos y calmas
cíclicas cómo un orfebre musical que busca ecos secretos.
Iba al
secundario, tercer o cuarto año del secundario y empecé a jugar con lo que no
me gustaba y con lo que podía suceder que me gustara. Entonces escribí uno de
los primeros temas que hice que se llama El
gusano. En una primera época mi relación con la palabra tiene que ver con
una reacción: a mi familia, al sistema. Contestataria, pero no a la manera de
un punk de pose, no era una pose.
Francisco fue
el creador de Peligrosos Gorriones, banda platense que formo parte de la nueva
camada vernácula en la década de los 90; que se ha vuelto a juntar luego de un
largo tiempo, y dicen que en los ensayos merodean temas nuevos. Ahora la
referencia a los Peligrosos es un flashback en la mirada de Bochatón.
Después más
adelante no hacia canciones, fue más una cosa de catarsis. En la época de
Gorriones fue una época creativa, de los 18 a los 25 años, en donde escribía
más anécdotas, historias inventadas: como Cachavacha,
Escafandra
Serpentina, tiene un
juego de palabras como en una disco virtual. Me acuerdo que le dije al
productor, que también era productor de David Lebon, este tema tendría que ser
para una disco, lo tenes que poner de corte de difusión. Entonces me responde:
“¿Una disco de donde? ¿De Marte?” Nunca Gorriones fue condescendiente con el
mercado.
Mundos
compositivos. El abandono de la catarsis
En realidad
empecé a jugar de nuevo con la música. Por ejemplo en el último disco, que esta
por salir ya hay juegos. Hay un tema que es una poesía de Lorca, son tres en
realidad. Lorca esta visto como un poeta que se estudia en el secundario y lo
revaloricé desde otro lugar.
Empecé a darle
importancia a cosas que me gustan, y a jugar con la música, loco. Cuando era
chico jugaba componiendo, y de grande, grabando discos para BMG, DG, Sony, me
convertí en un esclavo de mi catarsis. En Cazuela, en mis discos solistas, lo
empecé a recuperar.
Despertar
lúdico. Presente continuo.
¿Qué voy a
buscar? ¿Conquistar el mundo? ¿Llenar un estadio, la radio? Me fue pasando
solo. Yo padecí la década del 90, desde los 25 años a los 33 trabajé, toque,
compuse, son temas del alma, todo lo que quieras, pero no me divertí. Toqué en
Obras, en el bar más chico de Avellaneda, toqué soporte de Alanis Morisette,
de… pero no me estaba divirtiendo. Entonces de repente encontré un lugar, sólo,
empecé a componer, volví al núcleo, desde el lado lúdico, de reírme de mí
también. La catarsis tiene un valor muy carnal, indentificativo con algunas
personas, pero en un punto no es más que eso.
Lo otro no es más que eso, pero nos divierte a
los dos. Si yo sufro con Pastillas
celestes, pero vos te divertís, no es justo. Un tema que habla de que no me
pegue un tiro a las tres, pero a las cuatro lo dudé…y a vos te divierte y a mí
no… Prefiero que los dos nos divirtamos.
Ahora en
algunos temas de Gorriones utilizó algunas palabras de Marosa Di Giorgio (poetisa
uruguaya), que uní como frases; traduje al castellano frases sueltas mías en
inglés, traducidas con google, que las traduce mal, a propósito y me divierto e
invento sonidos.
Poética
de las imágenes
Además de los
análisis que uno hace de las hojas y los cuadernos de uno en su casa, las
imágenes que me conmueven a veces tienen poco que ver con lo real, a veces
mucho. A mí el realismo puro me puede, como Picasso en el Guernica; pero
también lo opuesto, Dalí. Lo subconsciente a mí me mata, escribí frases en
inglés traducidas mal en el google que dicen: Yo soy libre de nuevo y mi amor
ahora por la calle es más.
Cuando digo me
quiero matar, en el último tema de los Gorriones, que se llama Edificio, y
compusimos para el próximo disco, no es que me voy a matar, flaco. No es como
en los 90. Es la poética de una canción de una persona que vive encerrada en un
edificio con una ventana al mar, y relaciona como las piezas del edificio
pueden tener que ver en como esta compuesto el árbol de enfrente. Me divierto
con eso y no con el personaje que encarna la letra en la realidad.
Bochatón
estableció una relación muy cercana con Gustavo Cerati, quien participó
espontáneamente en Cazuela (1996) primer disco solista de Francisco. Juntos
compusieron la letra de Paseo inmoral (Bocanada) entre otras colaboraciones
compartidas.
Es una persona
que tiene mucho peso en el grupo de gente que hoy viene a tocar conmigo, con mi
persona particularmente, con muchos amigos míos. De hecho la persona que grabó
Gorriones, desde que empezó hasta ahora, es el sonidista de él.
Una relación
personal estrecha porque se acercó a mí en un momento en que empecé a ser
solista, y no había un apoyo fuerte de nadie. Para mí Gustavo es importante en
el sentido humano. Nunca desde que lo conocí lo vi como un rock star o un Soda
estéreo. Estuve con él en situaciones tan hogareñas como sentados en un sillón
hablando de libros, o cómo componía las letras, o porque me pidió componer con
él. Las anécdotas que se cuentan están totalmente lejos de la realidad.
Cuanta generosidad y cuanto afecto en esa relación…
¿Qué anécdota recordás juntos?
Me acuerdo que
él vino a La Plata varias veces, y tocó la puerta en la casa equivocada
buscándome a mí, y toco en lo de mi mamá. Mi mamá lo atendió. Gustavo estaba en
ojotas y pantalón corto.
“¿Acá vive
Francisco? Y mi mamá le pregunta: “¿Vos sos Gustavo Cerati? Ante la respuesta
afirmativa, mi mamá le dice que yo vivía a dos casas.
Después
Gustavo me contaba: “Me atendió una señora que me dijo que vivías acá.” En eso
mi mamá vuelve, golpea y le dice:
“Te quería
decir algo, me gusta mucho lo que haces; más solista que con Soda Estéreo.” Me
pareció genial, mamá tiene 70 años.
Gustavo en
ojotas, cruzado de piernas en un sillón en mi casa charlando de cosas… Esa es
mi imagen, lo demás es algo que uno puede ver y creer lo que quiera.
¿Qué crees que percibió en vos?
Le gustaban
mucho las letras… él me pidió tocar la guitarra en Cazuela. Me decía que era
como el Syd Barret argentino. Lo quiero mucho; el afecto, y lo que él hizo por
mí. Tuve un acceso que la vida me regalo, está presente y rezo por él.
El
futuro de los cajones de poesía.
Hace poco
estuve por editar un libro, pero se me cayo la maquina y se me daño el disco
rígido… y al libro lo voy a escribir de nuevo. O sea, todo distinto. Si
recupero el material no lo voy a usar, me pareció simbólico que se caiga.
El nuevo disco
se llama La vuelta entera, esta grabado de una manera muy loca, todo en vivo,
mezclado en forma analógica, dirigido por Eduardo Bergallo. Esta grabado con el
trío: Quique, Nelson, yo y Fernando Kabusacki. Hoy estamos presentando algunos
temas acá en El Teatro, y después pinturas, fotos, alegría…
Gracias a Manuel Cascallar por sus fotografías.
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