martes, 22 de mayo de 2012

Nota con Francisco Bochatón (Revista El Teatro Bar)



Bochatón en la Sala Concert

 Despertar lúdico
 

 
En el umbral de la presentación de su último disco solista “La vuelta entera”, charlamos con Francisco Bochatón. De eso y mucho más, hablamos con el líder de Peligrosos Gorriones, banda que regresa a los escenarios después de un largo tiempo.

La relación entre las palabras y la melodía es una corriente intima en Bochatón, fluye con sobresaltos y calmas cíclicas cómo un orfebre musical que busca ecos secretos.

Iba al secundario, tercer o cuarto año del secundario y empecé a jugar con lo que no me gustaba y con lo que podía suceder que me gustara. Entonces escribí uno de los primeros temas que hice que se llama El gusano. En una primera época mi relación con la palabra tiene que ver con una reacción: a mi familia, al sistema. Contestataria, pero no a la manera de un punk de pose, no era una pose.

Francisco fue el creador de Peligrosos Gorriones, banda platense que formo parte de la nueva camada vernácula en la década de los 90; que se ha vuelto a juntar luego de un largo tiempo, y dicen que en los ensayos merodean temas nuevos. Ahora la referencia a los Peligrosos es un flashback en la mirada de Bochatón.

Después más adelante no hacia canciones, fue más una cosa de catarsis. En la época de Gorriones fue una época creativa, de los 18 a los 25 años, en donde escribía más anécdotas, historias inventadas: como Cachavacha, Escafandra

Serpentina, tiene un juego de palabras como en una disco virtual. Me acuerdo que le dije al productor, que también era productor de David Lebon, este tema tendría que ser para una disco, lo tenes que poner de corte de difusión. Entonces me responde: “¿Una disco de donde? ¿De Marte?” Nunca Gorriones fue condescendiente con el mercado.




Mundos compositivos. El abandono de la catarsis

En realidad empecé a jugar de nuevo con la música. Por ejemplo en el último disco, que esta por salir ya hay juegos. Hay un tema que es una poesía de Lorca, son tres en realidad. Lorca esta visto como un poeta que se estudia en el secundario y lo revaloricé desde otro lugar.
Empecé a darle importancia a cosas que me gustan, y a jugar con la música, loco. Cuando era chico jugaba componiendo, y de grande, grabando discos para BMG, DG, Sony, me convertí en un esclavo de mi catarsis. En Cazuela, en mis discos solistas, lo empecé a recuperar.

Despertar lúdico. Presente continuo.

¿Qué voy a buscar? ¿Conquistar el mundo? ¿Llenar un estadio, la radio? Me fue pasando solo. Yo padecí la década del 90, desde los 25 años a los 33 trabajé, toque, compuse, son temas del alma, todo lo que quieras, pero no me divertí. Toqué en Obras, en el bar más chico de Avellaneda, toqué soporte de Alanis Morisette, de… pero no me estaba divirtiendo. Entonces de repente encontré un lugar, sólo, empecé a componer, volví al núcleo, desde el lado lúdico, de reírme de mí también. La catarsis tiene un valor muy carnal, indentificativo con algunas personas, pero en un punto no es más que eso.
 Lo otro no es más que eso, pero nos divierte a los dos. Si yo sufro con Pastillas celestes, pero vos te divertís, no es justo. Un tema que habla de que no me pegue un tiro a las tres, pero a las cuatro lo dudé…y a vos te divierte y a mí no… Prefiero que los dos nos divirtamos.
Ahora en algunos temas de Gorriones utilizó algunas palabras de Marosa Di Giorgio (poetisa uruguaya), que uní como frases; traduje al castellano frases sueltas mías en inglés, traducidas con google, que las traduce mal, a propósito y me divierto e invento sonidos.

Poética de las imágenes

Además de los análisis que uno hace de las hojas y los cuadernos de uno en su casa, las imágenes que me conmueven a veces tienen poco que ver con lo real, a veces mucho. A mí el realismo puro me puede, como Picasso en el Guernica; pero también lo opuesto, Dalí. Lo subconsciente a mí me mata, escribí frases en inglés traducidas mal en el google que dicen: Yo soy libre de nuevo y mi amor ahora por la calle es más.
Cuando digo me quiero matar, en el último tema de los Gorriones, que se llama Edificio, y compusimos para el próximo disco, no es que me voy a matar, flaco. No es como en los 90. Es la poética de una canción de una persona que vive encerrada en un edificio con una ventana al mar, y relaciona como las piezas del edificio pueden tener que ver en como esta compuesto el árbol de enfrente. Me divierto con eso y no con el personaje que encarna la letra en la realidad.

Bochatón estableció una relación muy cercana con Gustavo Cerati, quien participó espontáneamente en Cazuela (1996) primer disco solista de Francisco. Juntos compusieron la letra de Paseo inmoral (Bocanada) entre otras colaboraciones compartidas.

Es una persona que tiene mucho peso en el grupo de gente que hoy viene a tocar conmigo, con mi persona particularmente, con muchos amigos míos. De hecho la persona que grabó Gorriones, desde que empezó hasta ahora, es el sonidista de él.
Una relación personal estrecha porque se acercó a mí en un momento en que empecé a ser solista, y no había un apoyo fuerte de nadie. Para mí Gustavo es importante en el sentido humano. Nunca desde que lo conocí lo vi como un rock star o un Soda estéreo. Estuve con él en situaciones tan hogareñas como sentados en un sillón hablando de libros, o cómo componía las letras, o porque me pidió componer con él. Las anécdotas que se cuentan están totalmente lejos de la realidad.

Cuanta generosidad y cuanto afecto en esa relación… ¿Qué anécdota recordás juntos?

Me acuerdo que él vino a La Plata varias veces, y tocó la puerta en la casa equivocada buscándome a mí, y toco en lo de mi mamá. Mi mamá lo atendió. Gustavo estaba en ojotas y pantalón corto.
“¿Acá vive Francisco? Y mi mamá le pregunta: “¿Vos sos Gustavo Cerati? Ante la respuesta afirmativa, mi mamá le dice que yo vivía a dos casas.
Después Gustavo me contaba: “Me atendió una señora que me dijo que vivías acá.” En eso mi mamá vuelve, golpea y le dice:
“Te quería decir algo, me gusta mucho lo que haces; más solista que con Soda Estéreo.” Me pareció genial, mamá tiene 70 años.
Gustavo en ojotas, cruzado de piernas en un sillón en mi casa charlando de cosas… Esa es mi imagen, lo demás es algo que uno puede ver y creer lo que quiera.

¿Qué crees que percibió en vos?

Le gustaban mucho las letras… él me pidió tocar la guitarra en Cazuela. Me decía que era como el Syd Barret argentino. Lo quiero mucho; el afecto, y lo que él hizo por mí. Tuve un acceso que la vida me regalo, está presente y rezo por él.

El futuro de los cajones de poesía.

Hace poco estuve por editar un libro, pero se me cayo la maquina y se me daño el disco rígido… y al libro lo voy a escribir de nuevo. O sea, todo distinto. Si recupero el material no lo voy a usar, me pareció simbólico que se caiga.
El nuevo disco se llama La vuelta entera, esta grabado de una manera muy loca, todo en vivo, mezclado en forma analógica, dirigido por Eduardo Bergallo. Esta grabado con el trío: Quique, Nelson, yo y Fernando Kabusacki. Hoy estamos presentando algunos temas acá en El Teatro, y después pinturas, fotos, alegría…



Gracias a Manuel Cascallar por sus fotografías.


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