Abrazo de gol
El sentimiento popular del fútbol nos abraza en el recuerdo, nos emociona en el presente, nos espera en lo que vendrá. Nuestra primera vez en una cancha, el gol del domingo, un Mundial por venir.
Alejandro Apo es un hombre de fútbol, de niño se crió con la mágica pasión por jugar, el potrero con amigos, el barrio y las charlas de café; entre los ecos de las hazañas de los futbolistas de antaño y los comentarios de su padre sobre don Miguel de Unamuno, entre otros. Según Alejandro, su papá, “el verdadero Apo”, creador del ciclo “Polémica en el fútbol” y reconocido periodista, junto a su madre Dora; fueron rodeándolo de un atmósfera de “cultura popular, de cine, de obras de teatro, de cuentos, de crecer como persona a través de otras miradas”. Ahí nació la semilla que luego se transformaría en evocaciones de historias de vida, de historias de fútbol.
Las lecturas de cuentos relacionados a la pelota crecieron con la empatía y la escucha cálida de la gente a través de “Todo con afecto”, su clásico programa de radio. Después nació el espectáculo teatral “Y el fútbol contó un cuento”, en donde es acompañado por el músico marplatense, el “Turco” Sanjurjo, con quien ha recorrido muchos lugares de todo el país.
La escena esta preparada, El Teatro Bar de La Plata los recibe con sus butacas ansiosas, las plateas llenas de amigos y familias que charlan y cenan en la víspera del inicio del espectáculo. Las luces y el sonido fluyen como relámpagos que se desparraman entre las palcos que dan un marco periférico y una acústica magníficas al visitante.
Los amigos de la infancia, los cuentos de Fontanarrosa, Soriano, Dolina, Sacheri, Benedetti y tantos más se entrelazan en la voz del narrador. Los valores del fútbol en la vida, la literatura y lo heroico, la cultura popular, las charlas futboleras con nuestros pares, son banderas que Alejandro Apo levanta para resistirse ante las injusticias, el desprecio de la academia, la sectorización limitada de la pasión futbolera, las miserias de los negociados alrededor de la redonda.
Mientras tanto, en el verde césped los años pasan, según Apo “los espacios se han achicado, la preparación física y táctica ha sido terrible, y en relación a esto el fútbol ha perdido mucho de su sentido estético”.
La copa del mundo se nos acerca y en la Argentina se palpita como un acontecimiento muy especial. Más allá de las polémicas y las comparaciones, nos jugamos nuestra propia historia, nuestra ilusión como pueblo que respira fútbol. El estandarte de Maradona como emblema de nuestra selección desde su función de técnico, la camiseta que nos representa, la sensación de poder estar entre los mejores.
Apo recuerda el duelo que hizo Brasil para poder alejarse del fantasma de Pelé y ganar un campeonato luego de 24 años, y lo compara con la igual cantidad de años que se cumplen de nuestra última copa del mundo en México 1986. Hablando de Argentina, Brasil y los mundiales como no recordar su anécdota con Víctor Hugo en el clásico sudamericano de octavos de final en el Mundial de Italia de 1990.
En el primer tiempo Brasil peloteaba a la Argentina, el seleccionado de Bilardo, con Maradona y su tobillo lastimado, no podían detener a Careca, Valdo, Alemao y compañía, que hacían sonar los palos del arco argentino. El partido era desigual, los de amarillos dominaban en todos los lugares del campo; la única esperanza argentina radicaba en el hecho de que el marcador siguiera en cero y en que el universo nos guiñara un ojo. En plena transmisión de ese sufrido partido, Alejandro Apo le comenta a Víctor Hugo: “Lo veo bien a Caniggia, va a tener una situación…”.
Con la fuerza de una profecía, luego vendría la jugada heroica y extraordinaria de Diego, que gambeteando dolores y jugadores brasileros, se la pasaría a Cani (el niño mimado de Apo) quien definiría ante la sorpresa de Taffarel, el arquero de Brasil, y contra todos los malos augurios.
Según Apo, “Caniggia fue sin dudas uno de los segunda puntas más importantes de los últimos años, que combinó a la perfección técnica en velocidad y supo ser quien mejor entendió a Maradona”.
Pero volvemos al Mundial Sudáfrica 2010 y las proyecciones que hacemos sobre el futuro de nuestra selección. La sensación épica del 86, el orgullo de los jugadores ante las adversidades, la mística del grupo, “es una materia pendiente de este grupo de jugadores, pero creo que eso se va a lograr con la influencia de Diego en lo anímico. Además Messi tendrá que jugar como el Balón de Oro”.
Maradona y Messi. El privilegio de tener al más grande jugador de todos los tiempos de DT y al mejor jugador del mundo en la actualidad, nos genera comparaciones, dudas, rivalidades; en vez del goce de disfrutar de los años exitosos y la experiencia, sumado a la posibilidad de seguir buscando la gloria a partir de un nuevo talento, un crack hecho realidad.
“Lo que hay que entender es que Maradona no sólo no es comparable con Messi, sino que no se lo puede comparar con ningún jugador. Diego fue su magia, esa técnica, esa cabeza, la manera de involucrarse en un partido, de jugar con un tobillo hecho un melón, de rajarse del Barcelona y decir: “Yo me voy a jugar con la selección”.” sentencia Apo.
“Yo no se que ángel pardo se asomó por Fiorito, se coló en los picados donde él anochecía y prendado del ángel, gurrumín de la zurda, se instaló en el mocoso con brutal brujería. Ya tramaban entre ambos portentosas hazañas”. El inicio de estos “Versos a Maradona” del poeta Héctor Negro, que Apo recita en su espectáculo, nos hablan del orgullo de Diego, su bandera, su contexto, su historia incomparable.
En la actualidad todos los ojos y las expectativas están cargados en Lionel Messi. “De Messi espero mucho, tengo una gran admiración, me parece un jugador extraordinario, de una gran habilidad y rapidez, que siempre está erguido, que mira, es muy completo. Él va a tener que entender que no solamente de la influencia de su habilidad puede definir un Mundial, ahí tiene que aparecer su personalidad”.
Es nuestro deseo que así sea. Nuestra esperanza ya empezó a jugar el Mundial.
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