domingo, 13 de febrero de 2011

Entrevista a Alfredo Casero (Revista Now)


Mister Caserian

Atravesar el umbral del absurdo es un desafío. Una vez allí el aparente caos es punto de partida, un juego que hay que saber jugar. En una exposición, una señora se acercó a Pablo Picasso y le preguntó qué significaba un cuadro que tenía delante de él. El pintor español le respondió: “Señora, si yo le explicara el cuadro usted entendería la explicación, no el cuadro”.
Alfredo Casero se resiste a las explicaciones, mantiene un frágil equilibrio entre el caos y la libertad creativa.

¿Cuáles son tus primeros recuerdos en cuanto a lo humorístico?
            Creo, como todos, los dibujitos de Warner. No… El humor viene más adelante. Recuerdo que me gustaban las películas antiguas. A mí me decían que Pepe Arias tenía que ser gracioso, pero no entendía por qué Pepe Arias tenía que ser gracioso. Le decían a un chico que Fidel Pintos debía ser gracioso, pero para un chico Fidel Pintos no era gracioso.
            Algo destacable de Olmedo es que lo primero que hace notorio es para niños. Uno desde chico empieza a descubrir que es lo que te da gracia. Otro que me hizo reír  mucho de chico fue Porcel, que trabajaba en la Revista Dislocada.
Había visto algunas películas también. Había mucho cine de la década del 40 y del 50. Vos veías una película en la década del 70 y ya tenía 25 años. Pero si ahora ves una película filmada hace 25 años, percibís el humor de esa época de una forma que te hace reír. También había mucha porquería, como también había cosas de Olmedo que no eran graciosas.
            El primer gran cómico que conocí fue Pepe Iglesias, el “Zorro”. Creo que fue el más grande. Era un tipo muy preparado en un montón de cosas. Recuerdo que sabía silbar de una manera muy rara. Era un tipo genial con muchos “yeites”: se acostó con Rita Hayworth, admirada en todas partes del mundo.

            ¿Cómo te relacionás con el absurdo y lo cotidiano?
Lo absurdo es algo que pasa. Cuando buscás el absurdo, te sale como si fuera una de esas propagandas que hacen los creativos publicitarios que creen hacer algo absurdo. Uno se ríe del absurdo; es algo que pasa. Pero también te podés abstraer de ver el absurdo. Por ejemplo, el nihilista ve lo absurdo como algo estúpido.

¿Qué cosas te hacen reír?
La historieta “quinqui”, la Macacha, mi perro Leoncio, muchas cosas de Capusotto, mucho de Alberti, mucho de Cha Cha Cha (cosas que hice que no puedo creer que hice), Benny Hill, algo de Los tres chiflados, el humor de los uruguayos y más.

Identidad

“La identidad es la visión que uno tiene de sí mismo a medida que va haciendo las cosas. Por más que yo pague mil dólares, no puedo sentarme a ver mi show. No me puedo ver a mí mismo. No cambio mi ser por lo que yo hago; yo voy haciendo a medida que cambia mi ser.”
            Podríamos decir muchas cosas de Alfredo Casero, pero aprovechamos este espacio para desmentir un rumor echado a correr por el satánico Dr. Branislav Sarlanga, (descendiente de un jugador de Boca de la época del ñaupa), un archienemigo totalmente ignorado por Casero, oriundo de la ciudad española de Granadina y actual residente de Oslo.     

            ¿Es verdad que está iniciando una campaña para exportar pelucas a Noruega?
            Es falso, porque hoy se hacen unas excelentes pelucas en Noruega. Además no tenemos la cantidad suficiente de pelo de muerto para exportar allá.
           
            Caserian Experimendo

Uno de los proyectos que más le interesa a Casero en la actualidad es “Experimendo”. Son jornadas experimentales y de improvisación, con la presencia y asistencia de Alfredo Casero, que se realizan desde septiembre de 2010, pero ¿quién mejor que él para contarlo?  

 ¿Qué es “Experimendo San Luis”?

Son cuatro días + diez personas + Alfredo Casero + lo que traigas.

¿Ubicación?

82.600 metros de la Capital Federal, a 1400 metros de altura
(no hay mosquitos, pero sí comida rica). Donde todo se autogestiona.
Es el lugar donde originariamente me reunía con mis amigos que venían del exterior: músicos, artistas, bomberos, agricultores, tirabombas, porteros, entre otros.

¿Puedo participar?

Ooouu yes! Es para todo aquel que está buscando y no sabe bien qué  –igual que yo–, pero intercambia figuritas y se abre a lo que viene, como si la magia se tratara de eso. Es para todo aquel que piensa que cualquier cosa que tenga que ver con la actuación mejorará su calidad de vida o su trabajo. Si te dedicas a los negocios, si sos juez de la Nación, si sos actor, si sos electricista, aficionado al waterpolo que necesita explicar convincentemente por qué no gana; o político en etapa larvaria, también podés participar.

¿Es terapéutico?

No, ni ahí. Desde ya, todo lo que es para el alma creo que es terapéutico. Pero la idea no es hacer una terapia alternativa con gente que se rasca, sino, la utilización de las ideas propias, del estudio de cómo hacer para llevar adelante –hacer tangible– las ideas viejas que no se llevaron a cabo por alguna causa.

¿Y qué actividades hago?

Peinatura del chancho a favor del pelo; interesantes mesas redondas, ¡todas realizadas absolutamente en mesas cuadradas!, aunque algunas también en mesas rectangulares.

¿Por qué no me explica claro?

Son cuatro días. ¿Hasta ahí está claro?
Se come rico. Y daré un entrenamiento para actores, porque a todos los que han trabajado conmigo les ha ido muy bien.

¿Es solo para actores?

No. Lea la pregunta número 3.

Soy técnico en lavarropas, ¿puedo ir?

Of cors, querido. ¿Quién mejor que Casero para enseñarte a convencer a una vieja de que le cambiaste los rulemanes y no se los cambiaste nada?
Si vos sentís que cambiaste los rulemanes desde el corazón, los rulemanes están cambiados.

Y si no entendiste o no te parece, tenés razón de no entender porque esto no es para cualquiera.

Comunícate con la srta. Babusci al (011) 1554250137    

·       (Extracto sacado de “Precundas Frecuendes” del blog de Alfredo Casero: www.caseroexperimendo.blogspot.com)    

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